viernes, 7 de septiembre de 2012

Pussy Riot y la libertad de expresión vs Vladimir Putin y la Iglesia.




“La libertad de expresión es decir lo que
la gente no quiere oír”. George Orwell


El pasado 21 de febrero el grupo de punk ruso, Pussy Riot ingresaron a la catedral de Cristo Salvador en Moscú encapuchadas y con poca ropa en la que decidieron tocar una canción en contra del primer ministro Ruso Vladimir Putin, por su relación con La Iglesia ortodoxa y apoyo de la misma. Nadia Tolokónnikova, María Aléjina y Yekaterina Samutsévich cantaron sobre el altar de la Iglesia frases como Madre de Dios, echa a Putin”, “madre de Dios, hazte feminista”, “mierda, mierda, mierda de Dios”. Fueron sacadas de la Iglesia por personas que se encontraban en el templo.

El gran fervor de la sociedad Rusa por la Iglesia ortodoxa y la posición de la misma en la política, fueron las que incentivaron  las acusaciones del grupo Pussy Riot, por esta acción las chicas de la agrupación pueden ser condenadas hasta por 7 años de prisión, mientras que Feigen (Abogado de Pussy Riot)  alega que las acusaciones son exageradas porque no se ha respeto al Estado Laico de la Federación Rusa.

Por mi parte desconozco el ambiente Ruso, su sociedad en sí, jamás he vivido ahí, pero en algo puedo estar en desacuerdo, con el totalitarismo y las relaciones Estado-Iglesia según varias noticias y fuentes, Rusia goza de un Estado Laico. Claro que las Pussy Riot tienen el derecho de expresar lo que piensan y quejarse de su gobierno y de la religión que en Rusia tiene mayor número de seguidores.

¿En dónde entra el respeto de ellas por dichas “instituciones”? Fácil pudo ser para ellas tocar la canción en algún recinto o en alguna plaza pública, pero ¿A caso hubieran sido escuchadas de dicha manera? Por supuesto que no, la rabia contra su gobierno y la Iglesia fueron de tal magnitud que superó a los típicos jóvenes que grafietean en las iglesias o queman biblias, ellas entraron a una Iglesia frente a feligreses insultando, maldiciendo al Primer Ministro expresando su inconformidad, creo que sí, esta fue la manera correcta para ser escuchadas y su objetivo se cumplió.

Una banda de punk, éstas caracterizándose por la antipatía hacia la religión y la política, expresaron lo que muchos callan en aquél país, y han recibido el apoyo de artistas de talla internacional como Madonna, Björk, Kiss, y varias movimientos sociales de todo el mundo.


“La libertad  del individuo acaba  donde empieza
 la libertad de otros” Jean Paul Sartre


Apuesto a que en México muchos desearíamos tener el valor de decir frente a todo el mundo lo que pensamos de nuestro Gobierno y de las religiones, pero esta libertad de expresión que todos deseamos ¿En que momento se vuelve arma de doble filo? En el instante en el que nosotros mismos debemos respetar las creencias de los demás aunque pensemos que la Iglesia es una “mierda” aún más cuando se interpone en los asuntos políticos un país. Los presidentes de cualquier país por mas que ejerzan alguna religión deben estar al tanto de que gobiernan no a un “pueblo” sino a un conjunto de personas pensantes y que ninguna siente lo mismo o esta de acuerdo con todo, que piensa diferente, mas que nada, jamás podrán tener a todos contentos.

En conclusión, si alguien opina sobre cualquier tema o algún asunto en particular, muchos pueden estar en contra y otros a favor, debe estar claro que para expresarse hay que tratar de no lastimar a terceros, pero hay cosas que no todos queremos oír, y muchas más que no es que tienen que ser toleradas, sino que NO deberían ser toleradas. Las chicas de Pussy Riot deberían ser juzgadas pero no tan severamente, sí “profanaron” las creencias de miles de personas incluyendo al Primer Ministro, pero ¿No la Iglesia y el Gobierno en todos los países durante miles de años han profanado contra el pueblo y los que levantan la voz han sido callados y humillados? Si es así la cosa, entonces también las relaciones Estado - Iglesia deberían ser juzgadas, pero no resulta de esa manera. No depende de mí, ni de los que estemos en contra de todo esto, esta en manos de los que tienen el poder, como ocurre en muchos casos.

Podríamos armar revoluciones, pero no serviría de nada, supongo que al final todos deben seguir adelante, siempre adelante, nadie debería quedarse callado y nadie debería opacar nuestras ganas de decir lo que sentimos y pensamos, puesto que podemos herir a los demás, tan solo si aprendiéramos a respetar y tolerar a las personas todo sería un poco diferente, pero si eso no se ha logrado en siglos como cambiarlo ahora. Solo espero que donde sea que se encuentren las Pussy Riot se mantengan firmes en lo que creen como deberíamos hacerlo y muchos deberíamos respetar.

“No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendendería con mi vida tu derecho a expresarlo”. Voltaire